Seis excandidatos presidenciales de distintas tendencias pidieron este lunes a los brasileños que apoyen en las elecciones del próximo dos de octubre al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, frente al actual presidente Jair Bolsonaro. La reunión tuvo como objetivo manifestar su respaldo a Lula en la primera vuelta y estuvieron presentes la ecologista Marina Silva, los socialistas Luciana Genro y Guilherme Boulos, los laboristas Cristovam Buarque y João Vicente Goulart, y el conservador Henrique Meirelles, quienes aspiraron al poder en otros comicios.
También asistieron otros dos excandidatos a la presidencia, pero claramente identificados con Lula desde el inicio del actual proceso electoral: su compañero de fórmula, el conservador Geraldo Alckmin, y el aspirante a la gobernación de San Pablo, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) que lidera el exsindicalista. Lula, quien lidera todas las encuestas con una intención de voto cercana al 45 por ciento frente al 30 por ciento que obtendría Bolsonaro, agradeció el gesto y consideró que puede ayudarle a obtener el apoyo que le falta para liquidar las elecciones en la primera vuelta, para lo cual necesitaría superar el 50 por ciento de los votos.
“Esta reunión simboliza la voluntad que las personas tienen para recuperar la democracia en nuestro país”, declaró Lula, quien llamó a los brasileños a “terminar con el fascismo”, en el que encuadra a Bolsonaro. Meirelles, quien presidió el Banco Central durante la gestión de Lula (2003-2010) pero luego se enemistó con el PT y aspiró a la presidencia en 2018, declaró que su apoyo a la candidatura del líder progresista ahora se debe “a lo que ya hizo y puede hacer otra vez”.
Expresidente mundial del BankBoston en 2002, Meirelles defendió el programa económico del gobierno de Lula y salió haciendo la “L” en el acto, en un mensaje al mercado financiero, tradicionalmente resistente al exsindicalista metalúrgico. Por su parte Boulos, candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) a la presidencia en 2018, afirmó que el momento era parecido al de la campaña por las elecciones directas en 1984, que marcaron el fin de la dictadura militar de 21 años.
“La elección de Lula es esencial para la democracia brasileña, para derrotar al fascismo que amenaza a las libertades e instituciones”, dijo Boulos, candidato a diputado el dos de octubre, en alusión a Bolsonaro. Alckmin, quien enfrentó a Lula en 2006 siendo gobernador de San Pablo, aseguró que este frente ayuda a respaldar el sistema electoral brasileño que cuestiona habitualmente el actual mandatario.
“Nos une un momento singular en la historia de Brasil, cuando se está cuestionando el proceso electoral entre personas divergentes y diversas, que es el sentido de la democracia”, sostuvo el candidato a vice y miembro del Partido Socialista Brasileño (PSB). Por su parte Buarque, del centrista Ciudadanía, exministro de Educación de Lula y considerado un opositor al PT, también dijo presente y señaló que “ir a un balotaje sería una tragedia porque Brasil podría vivir un mes imprevisible”.