Martín Gill fue desplazado del Ministerio de Cooperativas con una curiosa figura: licencia por motivos personales, a la espera del juicio por lesiones leves calificadas por el vínculo y por violencia de género, tras una denuncia formulada por una de sus ex parejas.
Aunque la licencia aún no fue publicada en el Boletín Oficial, desde el Gobierno de Córdoba ratificaron que Gill ya no tiene firma, y que Martín Llaryora definirá quién lo reemplazará administrativamente en las próximas horas. No será un reemplazo, sino que un ministro absorberá la responsabilidad administrativa del área.
Gill tenía como misión desplegar a través de las cooperativas de cientos de cooperativas de servicios que funcionan en el interior de Córdoba obra pública y de conectividad, pero en los hechos la gestión no tuvo logros importantes: hasta septiembre había ejecutado apenas el 28% de un presupuesto de 10.671 millones de pesos. De los 1.569 millones presupuestados para transferir a las cooperativas para la realización de estas obras, sólo repartió en nueve meses 53 millones.
En el peronismo entienden que parte de este “fracaso” en la gestión fue porque Gill estaba “con la cabeza en otro lado”, por la causa que fue elevada a juicio en marzo. “Martín no tuvo reflejos para retirarse a tiempo, quedó expuesto, y cuando apareció lo de Alberto, la comparación fue inevitable”, dijo a LPO una legisladora peronista que admite la “incomodidad” que causó en los últimos meses la participación de Gill en el gabinete.
Dos causas condicionan el futuro de Gill en el gabinete de Llaryora
Manuel Calvo, ministro de Gobierno, dijo que la salida de Gill del Gobierno es para que enfrente los requerimientos de la Justicia. “Somos muy respetuosos del Poder Judicial y de la independencia que existe en nuestra provincia; es un tema de instancia privada y el hecho está judicializado”, dijo respecto de la situación de su ex compañero de gabinete.
Gill reunió a su equipo y procuró transmitirles confianza respecto de la resolución favorable del proceso judicial que aún no tiene fecha de inicio. Cree que podrá demostrar que atravesó una relación tóxica con la mujer y que las lesiones no fueron en el marco de la convivencia. Desde el primer momento, Gill proclama su inocencia y cuestiona el testimonio de la denunciante.
En abril del año pasado, cuando declaró públicamente por primera vez, la ex pareja de Gill dijo que “durante una discusión fuerte” el por entonces intendente de Villa María la “agarró del brazo” y la “arrastró” por tres pisos, desde el sexto al tercero. En agosto de este año, cuando se conoció la denuncia de Fabiola a Alberto Fernández, la mujer de Villa María dijo sentirse “identificada” con la ex primera dama.
Aunque algunos legisladores opositores intentaron impulsar un juicio político, un sector del radicalismo se mantuvo al margen de la jugada: el grupo de legisladores que cuando eran intendentes recibió fondos de Gill para obras públicas durante el Gobierno de Alberto Fernández, permaneció ajeno a la embestida.