El ex vicepresidente estadounidense Joe Biden se aseguró la candidatura presidencial por el Partido Demócrata, lo que lo pone en camino a retar al presidente Donald Trump en noviembre en un contexto sin precedentes de pandemia, colapso económico y disturbios sociales.
“Fue un honor competir junto a uno de los grupos de candidatos más talentosos que el Partido Demócrata haya presentado”, dijo Biden anoche en las redes sociales, y agregó que estaba feliz de que los demócratas van “a esta elección general como un partido unido”.
La candidatura del ex vicepresidente se daba por descontada desde que quedó como único postulante luego de que su último rival en la interna demócrata, el senador Bernie Sanders, abandonara la carrera en abril.
Pero Biden superó anoche los 1.991 delegados necesarios para ser proclamado candidato del partido al conocerse los resultados finales de primarias y caucus (asambleas) celebrados en siete estados y en el Distrito de Columbia el martes pasado.
Biden llegó al umbral para ser candidato tres días después de las internas porque varios de esos estados, desbordados por una gran cantidad de votos emitidos por correo debido a la crisis de coronavirus, tardaron días en contabilizarlos.
Biden tiene ya 1.995 delegados, y aún quedan internas en ocho estados y tres territorios de Estados Unidos.
El hito alcanzado por Biden no fue celebrado con la tradicional fanfarria en momentos en que la nación enfrenta crisis superpuestas.
Folks, tonight we secured the 1,991 delegates needed to win the Democratic nomination. I’m going to spend every day fighting to earn your vote so that, together, we can win the battle for the soul of this nation. https://t.co/sl3wFGabpg
Joe Biden (@JoeBiden) June 6, 2020
Mientras que Biden, de 77 años, ha empezado a salir más esta semana, la pandemia de coronavirus lo tuvo confinado en su casa de Wilmington, Delaware, durante gran parte de los últimos tres meses.
Estados Unidos enfrenta el peor índice de desempleo desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Y disturbios sociales similares a los que sacudieron al país en la década de 1960 han estallado en decenas de ciudades luego de la muerte del afroamericano George Floyd, el 25 de mayo en Minneapolis, a manos de un policía blanco que le clavó su rodilla en el cuello hasta matarlo.
La confluencia de eventos es de las más complejas que haya enfrentado un líder de Estados Unidos en tiempos modernos, y es más dificultosa aún con un presidente como Trump, que por momentos ha criticado a los manifestantes y que se muestra ansioso por enfrentar a Biden.
“Este es un momento difícil en la historia de Estados Unidos”, dijo Biden anoche en un mensaje en su cuenta de Twitter.
“Y las políticas coléricas y polarizantes de de Donald Trump no son la solución. El país llora por un liderazgo. Liderazgo que pueda unirnos, liderazgo que pueda hacer que nos encontremos”, agregó.
Era la tercera vez que Biden, que fue vicepresidente con Barak Obama, intentaba lograr la candidatura presidencial demócrata. El dirigente pasó 36 años en el Senado antes de ser vicepresidente.
Las elecciones serán el 3 de noviembre, y además de elegirse presidente se renovará parcialmente el Congreso.
El camino de Biden a la candidatura, si no largo, fue sin duda sinuoso, y el veterano dirigente no logró empezar a despuntar como favorito hasta las primarias y caucus en estados con mayor diversidad racial que en aquellos de mayoría blanca, que fueron los que abrieron la temporada de internas y donde tuvo flojos desempeños.
Su incapacidad de atraer a los votantes demócratas más jóvenes puso en duda al principio su candidatura y alarmó al establishment demócrata, que siempre vio a Sanders, el más cercano perseguidor de Biden en la interna y el preferido de los votantes de menor edad, como un político con posturas demasiado de izquierda como para convencer también al electorado independiente.
El sólido desempeño de Biden en las primarias en estados del Sur reforzó su aura de candidato demócrata preferido de los afroamericanos.
Las protestas por la muerte de Floyd han aumentado la presión para que elija un compañero de fórmula afroamericano. El ex vicepresidente ya se comprometió a elegir a una mujer como su candidata a vicepresidenta.
Una reciente encuesta de la cadena de noticias conservadora Fox News, la que más le gusta a Trump, dio a Biden ocho puntos de ventaja en intención de voto a nivel nacional.
La misma encuesta mostró que sólo el 14% de los afroamericanos tiene una buena opinión del mandatario republicano contra un 75% que tiene una opinión favorable de Biden.
Pero en un país donde votar no es obligatorio, Biden debe asegurarse que los votantes afroamericanos estén motivados a acudir a las urnas en noviembre, sobre todo en estados donde las elecciones siempre son reñidas y que Trump ganó por escaso margen en 2016.
A lo largo de la interna, Biden se presentó como un candidato moderado y como el único capaz de hacerle sombra a Trump.
Desde el abandono de Sanders, quien luego le dio su apoyo, como también hizo Obama, Biden ha tratado de ampliar su base acercándose a los sectores más progresistas del partido con propuestas en materia de salud, economía y medio ambiente.
El ex vicepresidente, desde que anunció su candidatura, ha dicho que la elección será una “batalla por el alma de la nación” y prometido restaurar el orden y la “dignidad” en la Casa Blanca y rehabilitar la imagen de Estados Unidos en el mundo tras los cuatro tumultuosos años de gobierno de Trump.