Junto a medio centenar de invitados y colaboradores, en su atelier de San Telmo, el platero Juan Carlos Pallarols, fundió material bélico de varios conflictos del mundo para formar una nueva rosa que sumará a las realizadas en el marco de su movimiento “Dos Rosas Por La Paz”, del que es su fundador, en una ceremonia que hizo coincidir con su cumpleaños 81.
Transmitido en el canal de Youtube del Museo Pallarols, y en la página web de Télam, el evento contó con una convocatoria que reunió también a varios jóvenes, y –según señaló a Télam el propio Pallarols- tiene por objetivo entregar la rosa en un salón de las Naciones Unidas al coronel británico Geoffrey Cardozo, en reconocimiento a las tareas que llevó a cabo para la identificación de los cuerpos de los combatientes caídos en las Islas del Atlántico Sur y por su compromiso humanitario hasta el presente.
Cerca de las 22:20 el orfebre inició la ceremonia, tras unas palabras del conductor de TV Julian Weich y, tras algunas fallas técnicas de audio en el streaming, varios participantes empezaron a tirar al fuego el material a para ser fundido.
Al concluir la ceremonia; Pallarols mostró la simbólica rosa, que busca invocar la paz, en medio de un aplauso cerrado de los participantes.
Consultado sobre el sentido de esta acción simbólica y sobre el hecho de haber decidido realizarla el día de su cumpleaños, el reconocido orfebre contó a Télam que, si bien la decisión implicó trabajar “más que de costumbre“, constituye un regalo para sí mismo, además de que conseguir “la paz donde hay guerra sería un ‘tremendo’ regalo para la humanidad”.
“La primera fundición la hicimos hace 40 años, después de que terminó la guerra de Malvinas. Ahora estamos en guerra en cuatro países sumamente importantes y con peligro de que se extienda a más lugares y que terminemos en una catástrofe tremenda”, advirtió.
Las rosas por la paz, una artesanía colectiva elaborada en bronce a partir de la fundición y forjado de vainas servidas y material bélico provenientes de zonas de conflicto, buscan transformar todo ese metal en “material para la paz“, según explicó Pallarols
Con ese objetivo, y junto a más de 50 invitados y amigos, inició la primera fundición de un viejo lingote hecho con material proveniente de Malvinas, que acompaña -gracias a un arduo trabajo para conseguirlo- con material bélico proveniente de Rusia, Ucrania, Israel y Palestina.
“Creo que es justo y sería un símbolo muy bonito hermanar a todas estas naciones que están con conflictos graves y rogar por la paz de todo el mundo. Es lo único que importa. Si hay paz va a haber vida y salud”, señaló antes del inicio de esta nueva obra.
Contó que la idea de producir estas rosas surgió cuando realizó un bastón en 1982, en el que colocó 24 flores de cardo, una por cada provincia argentina y, como homenaje a las Islas del Atlántico Sur, le colocó tres pimpollos, esperando que esas islas cuando “se transforme el país, sea de forma natural, como cuando nace una flor”.
“La rosa es el símbolo del amor humano, porque tiene toda la fragancia, los colores y la belleza, pero también tiene espinas”, indicó.
Según señaló el orfebre, “todos somos ciudadanos del mundo” y “no podemos esperar que algún ‘tonto’ tire otra vez una bomba atómica. Creo que todas las advertencias que podamos hacer para que no aprieten ese botón son necesarias“.
Sobre entregar esta rosa en las Naciones Unidas, manifestó que “puede ser un llamado de atención”, ya que van a estar presentes representantes de 195 países.
“Yo no puedo castigar, pero sí podemos premiar a los que hacen buenas cosas“, agregó.
“Es necesario tomar conciencia de que estamos usando mucha energía y demasiado odio para hacer algo que va a destruir a la humanidad y al mundo. Nos estamos acostumbrando a las guerras, eso es muy malo”, señaló.
“No nos podemos acostumbrar a la muerte, a la guerra, a la violencia y a la intolerancia. No hay nada más caro y destructivo que una guerra”, finalizó.
El proyecto “Dos Rosas por la Paz”
El Movimiento Dos Rosas por la Paz busca honrar a los caídos en conflictos armados de todos los países para que, “de una vez por todas, cese el fuego de las guerras y la conquista de la paz se haga realidad con el fin de preservar la vida en este planeta”, informó la organización del evento de a través de un comunicado.
Periódicamente, el platero reúne en su atelier del barrio de San Telmo, en encuentros que denomina “Ceremonias de fundición” a veteranos de guerra, familiares de caídos en la guerra y ciudadanos argentinos y británicos, que le entregan balas y material de guerra con el que luego se modelarán los pétalos.
Los participantes firman en un libro de actas como muestra de apoyo a la ofrenda.
Pallarols ya donó dos rosas a los cementerios de Malvinas: el de Darwin, donde descansan los soldados argentinos, y el de San Carlos, donde yacen los restos de los combatientes británicos.