Alergia, infección, caries, anorexia y autismo son algunas de las 330 palabras del Primer Diccionario de Medicina Ilustrado para niños y niñas, un libro con los términos más usados para hablar de salud y enfermedades creado por especialistas y personas de entre 8 y 12 años, que acerca definiciones del conocimiento médico a un “colectivo socialmente vulnerable” y con un nivel de “alfabetización en salud muy bajo”, dijo su autora.
El diccionario presentado por el Hospital Italiano fue desarrollado a partir de las explicaciones y los dibujos que niños y niñas realizaron sobre palabras vinculadas con la medicina, y en base a ese material profesionales construyeron las definiciones que aparecen en el libro.
Ambulancia, hospital, dolor de cabeza y operación son los conceptos más simples que pueden encontrarse, pero también aparecen palabras más complejas como cáncer, depresión, síndrome de Down, traumatismo, varicela, virus, enfermedad rara y penicilina, entre otras.
Rosa Estopá, autora principal del libro, es lingüista y profesora del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Pública Pompeu Fabra, de Barcelona.
La idea de un diccionario para niños surgió “a partir de observar necesidades sociales no cubiertas porque niños y niñas son un colectivo socialmente vulnerable que se enferma a menudo”, explicó Estopá en diálogo con Télam.
“Cada año se hacen una revisión médica, reciben vacunas, pueden accidentarse, pueden convivir con familiares enfermos, y, a cambio, reciben muy poca información de salud”, sostuvo la lingüista.
Los especialistas pasaron tres años trabajando con 1.200 niños y niñas catalanes de entre 8 y 12 años de segundo, tercero y cuarto grado de ocho escuelas para la producción de este diccionario en el que detallaron, por ejemplo, que para la palabra “cáncer” tomaron 100 explicaciones y 100 dibujos, y con ese material armaron la definición que aparece en el libro.
“Cada año se hacen una revisión médica, reciben vacunas, pueden accidentarse, pueden convivir con familiares enfermos, y, a cambio, reciben muy poca información de salud”Rosa Estopá
“El nivel de alfabetización o culturalización en salud de la población infantil es muy bajo. Por eso, un diccionario de medicina es un recurso que permite un acercamiento natural a las palabras que vehiculan conocimiento médico”, remarcó la experta.
Sobre el recorrido del diccionario, contó que “primero los niños explicaron qué sabían sobre esa palabra y la dibujaron. Después nosotros digitalizamos el material y lo analizamos para saber lo que sabían los niños y sobre todo lo que no entendían”.
Sobre este punto, Estopá aseguró que construyeron las definiciones más adecuadas que luego fueron revisadas por médicos para incorporar “información positiva y cierta en la explicación” que se les ofrece a los más pequeños.
Disponible en la editorial del Instituto Universitario Hospital Italiano, este diccionario “es un libro que, por sus características, puede utilizarse tanto en el aula como en el entorno familiar” y que “apunta a aquellos profesionales de la salud que estén interesados en saber cómo abordar estas temáticas con sus pacientes”, añadió.
El objetivo del libro, según su autora, es que niños y niñas puedan entender palabras que hablan de salud y enfermedades en tres escenarios: el escolar, el sanitario y el familiar.
“Queremos que el diccionario esté presente en las aulas escolares y en las salas de espera de los pediatras para su consulta, y que el pediatra se apoye en el diccionario cuando se dirige al niño para explicarle lo que le pasa”, apuntó.
Además, buscan que padres y niños puedan consultar el diccionario y “lean cada día una palabra relacionada con la salud”.
Debajo de cada palabra encontrarán su categoría gramatical, su significado -acompañado de un dibujo hecho por un niño o niña-, la etimología, la relación entre ellas y en qué contexto se utiliza.
Debajo de cada palabra encontrarán su categoría gramatical, su significado -acompañado de un dibujo hecho por un niño o niña-, la etimología, la relación entre ellas y en qué contexto se utiliza.
Por ejemplo, en el caso de “cefalea” se dice que “popularmente usamos dolor de cabeza y otra palabra que usan los médicos es migraña y jaqueca”.
Sobre “dolor de garganta” se apunta que “cuando nos duele la garganta por una infección, los médicos usan la palabra amigdalitis, que es un término ‘especializado'”.
Además, en muchos casos “desmiente” ideas que los niños y niñas suelen tener con determinados conceptos, como que el cáncer es una enfermedad contagiosa.
En “sobrepeso” y “obesidad” advierte que “no debería confundirse una con la otra”, y en el caso de “discapacidad”, por ejemplo, aclara que “no es una enfermedad”.
En “golpe de calor” explica que “si el golpe de calor es porque estuviste mucho al sol, también se puede llamar insolación”, y con “gripe” advierte que “muchas veces confundimos gripe con resfrío”.
Además, al final hay un atlas con ocho dibujos sobre el cuerpo humano, donde también definen otros términos como botiquín (y lo que podemos encontrar dentro de uno), el aparato digestivo y el sentido del oído.
“Los niños y niñas prefieren que les expliquen las palabras y los conceptos, son iguales que los mayores. Lingüistas y pediatras hemos podido elaborar unas definiciones más adecuadas y cercanas a los niños que permiten justamente el aprendizaje significativo de las palabras de salud”, explicó Estopá.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrentaron los profesionales de la salud, según sus propios autores, fue reflexionar y analizar acerca de las diferentes palabras, términos y frases que utilizan para referirse a enfermedades, síntomas, sentimientos y creencias relacionadas con nuestro cuerpo y el de nuestros seres queridos.
“No existía en ninguna lengua, tampoco en español, un diccionario de medicina pensado para los niños y niñas, y todavía menos que partiera del conocimiento que tienen sobre los términos de la salud”, concluyó la autora.