Millones de cubanos están llamados a las urnas para darle este domingo el visto bueno o rechazar el llamado Código de las Familias, un texto de avanzada que la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) aprobó en julio y que habilita el matrimonio igualitario, legaliza el vientre subrogado, incorpora los conceptos de violencia sexual y de género y reconoce el derecho al cuidado.
El proyecto del Código de las Familias, que puede sustituir al vigente de 1975, incluye la figura del matrimonio como unión de dos personas sin importar el sexo –uno de los puntos más cuestionados por la oposición de la Iglesia- y la chance de adopción legal de hijos por parte de parejas homosexuales.
Legaliza además la posibilidad de prestar el vientre materno para que personas “unidas por vínculos familiares o afectivamente cercanos”, incapacitadas de tener hijos, puedan formar una familia, incluidos “hombres solos o parejas de hombres”, sin que medie “remuneración, dádiva u otro beneficio, salvo la obligación legal de dar alimentos en favor del concebido” y de compensar los gastos que se generen por el embarazo y el parto.
Sectores vulnerables
El código también protege a sectores vulnerables de la sociedad como los discapacitados; define la violencia familiar sexual y de género, e introduce la posibilidad de que los menores estén bajo la responsabilidad de varios padres o de abuelos y parientes cercanos.
El nuevo texto hace un reconocimiento explícito al derecho al cuidado, amplía la protección a niñas, niños y adolescentes, refuerza la tutela urgente ante la discriminación y la violencia, y extiende la posibilidad de denuncia sobre hechos de esa naturaleza. Además, perfila normas de contenido personal del ejercicio de la responsabilidad parental y dispone la revisión de todos los expedientes de declaración de incapacidad.
El referendo marcará el final de un arduo proceso –la Asamblea debió ensamblar 25 iniciativas- de debate y de alguna manera marcará una legitimación para el gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel, que hizo una apuesta fuerte a la aprobación.
De hecho, los últimos mensajes del mandatario en su cuenta de la red Twitter están exclusivamente referidos a la cuestión. “El Código de las Familias es la esperanza de miles de personas marcadas por dolorosas historias de exclusión y silencio. Seres humanos que han sufrido y sufren los vacíos de nuestras leyes. El 25 de septiembre yo voto Sí. Por ellos y por Cuba”, fue uno de sus últimos escritos.
Serán más de 8 millones los cubanos mayores de 16 años que pueden votar, de forma voluntaria y secreto, para validar por primera vez una ley en un referendo, en este caso sobre una de las 70 normas jurídicas que debe actualizarse a partir de la nueva Constitución.
La isla ya tuvo otros tres referendos pero fueron para aprobar o rechazar reformas constitucionales y nunca antes para una ley, como en este caso. “¿Está usted de acuerdo con el Código de las Familias?”, será la única pregunta de la consulta. La normativa quedará refrendada si alcanza el voto mayoritario de las boletas válidas emitidas por los electores, es decir, el 50 más uno por ciento de las papeletas.
Oposición de la Iglesia
El proyecto del Código de las Familias, que puede sustituir al vigente de 1975, incluye la figura del matrimonio como unión de dos personas sin importar el sexo –uno de los puntos más cuestionados por la oposición de la Iglesia- y la chance de adopción legal de hijos por parte de parejas homosexuales.
Legaliza además la posibilidad de prestar el vientre materno para que personas “unidas por vínculos familiares o afectivamente cercanos”, incapacitadas de tener hijos, puedan formar una familia, incluidos “hombres solos o parejas de hombres”, sin que medie “remuneración, dádiva u otro beneficio, salvo la obligación legal de dar alimentos en favor del concebido” y de compensar los gastos que se generen por el embarazo y el parto.
Este código también protege a sectores vulnerables de la sociedad como los discapacitados; define la violencia familiar sexual y de género, e introduce la posibilidad de que los menores estén bajo la responsabilidad de varios padres o de abuelos y parientes cercanos.
El nuevo texto hace un reconocimiento explícito al derecho al cuidado, amplía la protección a niñas, niños y adolescentes, refuerza la tutela urgente ante la discriminación y la violencia, y extiende la posibilidad de denuncia sobre hechos de esa naturaleza.
Además, perfila normas de contenido personal del ejercicio de la responsabilidad parental y dispone la revisión de todos los expedientes de declaración de incapacidad, así como las tutelas de las personas mayores de edad constituidas al amparo del Código de Familia vigente hasta acá.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba criticó este mes la llamada “ideología de género”, que, para la Iglesia, sustenta muchos preceptos contenidos en la nueva legislación, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la gestación subrogada y la posibilidad de que los menores puedan iniciar un proceso clínico para cambiar de sexo.
“Todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño a tener un papá y una mamá. No es ético que se reconozca como adecuada la llamada ‘gestación solidaria’, en la que una mujer que lleve en su vientre durante nueve meses una criatura la deba entregar inmediatamente después del parto a otras personas”, dijo la Conferencia en un comunicado.
Campaña
El oficialismo hizo una intensa campaña a favor de ir a votar, temeroso de que el abstencionismo termine por expresar una queja por la compleja situación migratoria y la crisis socioeconómica que atraviesa el país, sobre todo por las consecuencias todavía marcadas de la pandemia de Covid-19.
La Constitución, sometida a referendo en 2019, fue apoyada por el 78,3% del padrón, el resultado electoral más bajo desde el triunfo de la revolución cubana en 1959.
Una voz clave en el proceso de elaboración del nuevo Código fue la de Mariela Castro, diputada y titular del Centro de Educación Sexual (Cenesex), que admitió no haber “imaginado nunca que se llegaría a este momento de la historia”, por el “salto revolucionario sin precedentes” que significa el nuevo Código.
“La Revolución cubana fue un hito transformador del mundo, pero ninguna Revolución es perfecta, pues es un camino de aprendizajes. Este momento es un hito en la historia de la Revolución, y estoy segura que muchos países se inspirarán después en Cuba, por su ejercicio democrático, de transparencia”, señaló la hija del expresidente Raúl Castro, según el sitio Cubadebate.