Rodrigo De Loredo se comprometió este martes, en la reunión del bloque de la UCR, a redactar un “decálogo de convivencia” frente a la amenaza de ruptura por parte de los legisladores que responden a Facundo Manes. Cerca del cordobés dijeron a LPO que “Manes y Evolución plantearon la exclusión de los cinco diputados con peluca, aunque es una postura minoritaria, y notificaron que, si no, se retiraban del bloque”.
Frente a la tensión, la mayoría logró imponer una última propuesta para salvar “la unidad”. “Se impuso la postura de volver a la carga con un texto más contundente, con un compromiso firmado por los que quieran permanecer en el bloque para acatar lo que se resuelva como bloque”, reconocieron.
La bronca de los seguidores del neurocientífico y Emiliano Yacobitti se debe al respaldo de los cinco radicales que cambiaron su voto cuando Javier Milei vetó la movilidad previsional y apoyaron de la misma manera al Presidente cuando anuló el aumento del presupuesto universitario. Para colmo, el debate sobre el destino del quinteto, integrado por Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier, se dio mientras los primeros cuatro participaban de la Cumbre Sudamericana Agro Global en Brasil, junto a otros 22 legisladores argentinos y comitivas de parlamentarios del país carioca, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.
Lo paradójico es que, como informó LPO, la expulsión de los cinco ya no es solamente un reclamo de la tropa de Manes sino que también es agitada por el sector más moderado de la bancada que lidera con dificultades De Loredo.
De hecho, los diputados más equidistantes de la postura opositora y el fervor libertario de Campero habían solicitado una reunión de bloque para discutir la suerte de los cinco de la discordia el miércoles pasado, tras el fallido intento de insistencia a favor de las universidades. Sin embargo, se abortó el pedido porque había diputados con vuelos de regreso reservados para ese mismo día: “las reuniones radicales no duran 10 minutos y los diputados iban a tener que irse en medio de la discusión para no perder el avión”, dijo uno que había solicitado la reunión con los dientes apretados.
En ese contexto, Pablo Juliano llegó a parafrasear el 18 Brumario de Karl Marx para postular la analogía de la Francia del Siglo XIX con el radicalismo actual. “La historia se repite dos veces, primero como tragedia, con el respaldo al veto contra los jubilados, y después como farsa, con el apoyo a Milei contra las universidades, una de las principales banderas partidarias”, habría expresado.
Ilustres participantes de la jornada brasileña a favor de la agroindustria, Campero, Arjol, Picat y Cervi no se sumaron a la discusión sobre su propia suerte pero sí lo hizo Fabio Quetglas, quien se conectó por Zoom desde Brasilia. Desde su entorno explicaron a LPO que “hay calentura total con los peluca pero, si se piensa pragmáticamente, echarlos por el voto disidente puede abrir una Caja de Pandora”.
Ese razonamiento es compartido por otros colegas del bloque, que advierten además que “partir al radicalismo es el objetivo del gobierno”. Sin embargo, ese argumento no calma la furia de los correligionarios que ejercen una oposición más férrea a Milei.
La crisis radical es tan profunda que, si el Decálogo de Convivencia de De Loredo no colmara las expectativas de Manes y los suyos, la ruptura de la UCR no partiría al bloque en dos. “Si se van los de Manes y Evolución, yo salgo al balcón, digo lo que se me canta y me voy a la mierda, y me voy solo”, anticipó un legislador que vaticina una explosión de la bancada en “un archipiélago de minibloquecitos radicales”.