El gobierno de Mauricio Macri declinó la fabricación pública de vacunas en beneficio de grandes compras a laboratorios privados.
Aunque la Argentina logró eliminar la circulación del virus del Sarampión merced a la vacunación masiva y obligatoria de toda la población, los recientes casos “importados” registrados de la enfermedad -más el brote de 14 acasos registrado el año pasado- pusieron en alerta a las autoridades sanitarias de todo el país. Sin embargo, en el Gobierno la preocupación parece perder frente a la necesidad de ajuste.
Según consignó Tiempo Argentino en su edición de este domingo, el ex ministerio de Salud de la Nación, ahora degradada a la categoría de Secretaría por decisión del presidente Mauricio Macri en su afán de ahorro, “las provincias ya salieron a alertar por el envío de dosis ‘por goteo'”.
Por caso, el ministerio de Salud de Entre Ríos emitió un comunicado en el que sostiene que “se está haciendo notar la falta de algunas vacunas producto de que Nación no está garantizando la provisión normal. Se está distribuyendo a modo de goteo y hay faltante de Sabin, meningo, algunas gamma globulina, anti gripales y triple bacteriana”.
“Las provincias quedan a expensas de una situación que las supera producto de que por ley no pueden salir a comprar vacunas por su cuenta. Cuando es una vacuna de calendario, el Estado nacional debe entregarla” advirtió Andrea Uboldi, ministra de Salud de Santa Fe donde escasea la vacuna contra el meningococo.
Se calcula que el año pasado el Estado nacional entregó apenas la mitad de las dosis pautadas.
La triple bacteriana, la antimenigocócica, la antirrábica y la Sabin son las que sufren mayores faltantes y los equipos de inmunizaciones provinciales empezaron a priorizar las dosis en embarazadas.
En territorio bonaerense la situación se agudizó desde mitad del año pasado. “Sufrimos una irregularidad en la entrega de vacunas. Forma parte de la falta de planificación y políticas sanitarias, como si la salud fuera algo menor, y terminamos pasándonos dosis de municipio a municipio, como si fuéramos un club de vacunas” advirtió Alejandro Collia, secretario de Salud de La Matanza.
La megadevaluación del año pasado, y la disparada del dólar que está marcando a fuego el ritmo el inicio de 2019 implicó un golpe letal al área. Cambiemos declinó la fabricación de vacunas en beneficio de grandes compras a laboratorios privados: en 2017 el programa “Investigación y desarrollo de los laboratorios de producción pública” tuvo un presupuesto de 83,8 millones de pesos. Para este año se le recortó a 61 millones sin contar la inflación.
Carla Vizzotti, ex directora del Programa Nacional de Inmunizaciones e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) aseguró a Tiempo Argentino que “a la población que no le preocupa tanto porque tiene medios para comprar la vacuna en el sector privado, hay que decirle que recortar el Calendario también les va a impactar, porque si no se vacuna toda la cantidad de personas que tiene que vacunarse, el efecto rebaño e inmunidad indirecta no se obtiene, entonces el impacto será para todos. Por eso es trascendental el rol social que tiene la vacunación, el signo de equidad que significa, y es un indicador económico: invirtiendo en prevención ahorran costos en atender gente enferma”.