La escritora argentina María Negroni abrió el Festival de Literatura de Buenos Aires (Filba) con un discurso reflexivo alrededor de la poesía, la política y los libros en el que planteó “¿No es acaso el arte, el arte por excelencia de preguntar?”, durante la ceremonia inaugural realizada en el auditorio del Museo de Arte Latinoamericano (Malba) que contó con la presencia de escritores, editores y personalidades destacadas de la cultura.
Antes del ingreso a la sala, una larga fila de personas se formó en la puerta del auditorio del Malba. Envueltos en un clima alegre y de reencuentro luego de dos años sin experimentar la propuesta presencial del festival, esperaban para escuchar las palabras inaugurales del Filba 2022 a cargo de Negroni, la reconocida escritora argentina de novela, ensayo y poesía nacida en 1951.
Negroni: “La poesía pertenece a la política de un modo singular”
Negroni, doctora por la Universidad de Columbia en Literatura Latinoamericana, para dar comienzo al festival leyó un texto titulado “Historia Natural del Deseo. 6 fragmentos a favor de lo indócil” en el que articuló sus impresiones literarias con teorías de Ludwig Wittgenstein, Theodor Adorno y Paul Valery, entre otros, con un tono ensayístico y preciso que dialoga con su recorrido profesional plasmado en obras como “Cartas extraordinarias” (2014) y “La noche tiene mil ojos” (2015).
En el primer fragmento llamado “Cultivar un jardín”, la escritora se enfocó en la figura del cineasta inglés Derek Jarman. “Quién sabe, quizá sea posible aún convertir el terror en arte, hacer de la desdicha una ocasión florida”, leyó Negroni ante un público atento.
Ahora sí, @marianegroni2 comienza su discurso de inauguración recordando a los escritores que no a no están. pic.twitter.com/xt6thoA7vJ
— Filba Literatura (@FundacionFilba) September 28, 2022
Antes de introducir el segundo apartado de su discurso en el que reflexiona sobre la poesía, la escritora tomó aire. Cuando citó el verso de Guillaume d’ Aquitaine que dice “Haré un verso de absolutamente nada”, se escucharon algunas risas cómplices.
“La poesía pertenece a la política de un modo singular. Esa pertenencia consiste en sostener una no pertenencia. ¿Y en qué consiste esa no pertenencia? En producir un cortocircuito entre el sentido y las palabras, para que el ruido de lo convencional, siempre repetitivo y asfixiante, pueda ser puesto en silencio”, esbozó la autora de poemarios como “Archivo Dickinson” (2017) y “Oratorio” (2021).
En su exposición, la narradora y docente también planteó que “sería un error pensar que la literatura va en busca de la verdad (la verdad es la más peligrosa de las mentiras). Se trata, más bien, de percibir que el lenguaje se construye en torno a un hueco y que siempre falta algo en toda representación”. Y agregó: “Esa conciencia es crucial para quien escribe. No sólo frente al Estado (que siempre quiere entender todo y fijar de una buena vez las ataduras entre significantes y significados), sino también frente al asedio de las agendas sociales que, aun siendo justas, acaban perdiendo su fuerza transgresora apenas el mercado (y otras instituciones culturales) las recogen, transformando la desavenencia en moda, la discrepancia en ocasiones de financiamiento”.
Con un tono más actoral, Negroni leyó una entrevista imaginaria a Paul Valery, escritor, poeta, ensayista y filósofo francés, en la que retomó su postura sobre el discurso: “El único discurso legítimo es la pérdida. La única intransigencia: la infancia. La única certeza: la perfección de las palabras rotas. Cualquiera que tenga un ojo fanático podrá apreciar allí a ese animal que somos, espléndido en cenizas. Sabrá también que su carencia real engendra su riqueza imaginaria. El círculo siempre acaba donde empezó. Lo demás es literatura”, indicó.
Sobre el final, la escritora hizo hincapié en los libros: “Un libro, en cualquier caso, es algo brusco: cae, busca herir el acuerdo, desbaratar las definiciones, fundar un lugar donde quepan el bies, el borde, la cojera, el silencio y la infancia antes de la palabra”, señaló y citó a la novelista brasileña Clarice Lispector: “Me gustaría que me lean en los renglones vacíos”.
“La poesía pertenece a la política de un modo singular. Esa pertenencia consiste en sostener una no pertenencia. ¿Y en qué consiste esa no pertenencia? En producir un cortocircuito entre el sentido y las palabras”María Negroni
“Que yo sepa, no hay razones válidas, ni siquiera lógicas, para esas nociones expandidas que vinculan a la poesía –exclusivamente—con la emoción, a la novela con la trama argumental, y al ensayo con el pensamiento. En materia de escritura, nos guste o no, el único personaje que cuenta es el lenguaje, allí donde quien escribe pone a prueba su voluntad de crear y donde mide (para desmentirlos o ampliarlos) los límites de su instrumento verbal que son también, como nos enseñó Wittgenstein, los de su propio mundo”, concluyó Negroni.
La apertura
El evento comenzó con la bienvenida de la socióloga y conductora del programa “Marcar como leído” en Futurock, Eugenia Zicavo. “Es un orgullo seguir acompañándonos después de 14 años. Estamos todos más grandes, hay que decirlo”, dijo con una sonrisa.
Luego de dos años de haber funcionado de manera virtual, Zicavo agradeció el regreso a la presencialidad: “Me vi en pantuflas entrevistando a Siri Hustvedt”, dijo en relación a lo que ocurrió en el contexto de la emergencia sanitaria. Y bromeó: “La vida va a seguir porque el Filba sigue”.
Zicavo adelantó que el tema central de esta edición del festival es “la fuerza activa”, en tanto se piensa a la literatura “como fuerza transformadora, como motor de cambio”.
“Valoremos esto profundamente. Quise ponerlos en ‘situación de agradecimiento’ y de cómo Filba se siente de poder encontrarse después de dos años virtuales que fueron horribles para disfrutar de esto y abrazarnos”Pablo Braun
En ese sentido, la presentadora destacó el rol del libro como un objeto que “busca tensar los límites” y “poner en discusión los sentidos establecidos”.
“Todos los lectores somos activistas culturales, somos evangelistas de la lectura: queremos convidar eso que nos gusta y nos conmueve para ‘despertar conciencias’, se decía en un momento. Los libros siempre fueron canal de lo insurrecto, de trabajar con palabras y con signos, y cambiar a partir de eso en el estado de las cosas, de creer en el poder performativo del lenguaje, en la capacidad de cambiar la realidad con palabras”, planteó Zicavo y agregó que “en tiempos de cancelaciones apuradas, la literatura se enfrenta a pensar la tentación de la autocensura y que la literatura no está hecha para complacer, sino para poner la lengua en la llaga”.
Nuestra querida @eugeniazicavo abre el festival destacando la fuerza transformadora de la lectura. #Filba2020 pic.twitter.com/8TRJMWYHsO
— Filba Literatura (@FundacionFilba) September 28, 2022
Al finalizar, la crítica invitó a disfrutar la potencia transformadora de la literatura en la nueva edición del Filba y le cedió la palabra a Pablo Braun, el director de la Fundación Filba, quien propuso un “ejercicio de imaginación”. Braun le pidió al público que cerrara los ojos.
“Quiero que se imaginen que están en sus casas, ya sea en soledad o con su familia y que recuerden que arranca el Filba, que se puede ver por Youtube. Es el año 2020 estamos en la pandemia y la única forma de presenciar el festival o cualquier actividad que ocurra es a través de Internet. ¿Qué les pasaba con la imposibilidad de asistir?”, preguntó mientras el público se encontraba con los ojos cerrados.
Antes de que Braun solicitara volver a abrir los ojos, en la sala solo se escuchaba el sonido de los obturadores de las cámaras tomando fotografías. “Valoremos esto profundamente. Quise ponerlos en ‘situación de agradecimiento’ y de cómo Filba se siente de poder encontrarse después de dos años virtuales que fueron horribles para disfrutar de esto y abrazarnos”, expresó.
Pablo Braun toma la palabra. #Filba2022 pic.twitter.com/ef0M6351eq
— Filba Literatura (@FundacionFilba) September 28, 2022
Al final de su discurso, el presidente le agradeció a Maga Literatura, a Mecenazgo, a Fundación Santander y al Centro Cultural Recoleta “por abrir sus puertas”. También a Cooperación Internacional, a la Embajada de EE.UU y a la Cooperación española “por entender que la literatura es más grande si no usamos las frontera”.