El gobernante partido demócrata logrará finalmente retener el control del Senado de Estados Unidos en las elecciones legislativas, en un gran triunfo que le hará más difícil a la oposición republicana frustrar la agenda del presidente Joe Biden en los dos años restantes de su mandato.
La demócrata Catherine Cortez Masto renovó su banca en el Senado de Nevada, por lo que el partido que controla la Casa Blanca se queda con 50 de los 100 escaños de esa cámara. Eso le asegura a los demócratas una mayoría ya que la vicepresidenta Kamala Harris, en su carácter de presidenta del Senado, mantendrá el poder de desempate en las votaciones que viene teniendo desde la asunción de Biden, en enero de 2021.
Entre otras cosas, el control demócrata del Senado garantiza un proceso más fluido para los nombramientos en el gabinete y las designaciones judiciales de Biden, incluidas las posibles vacantes en la Corte Suprema. La suerte sigue echada en la Cámara de Representantes, donde los republicanos buscan tener aunque sea una delgada mayoría luego de las elecciones del martes pasado, en las que el notable desempeño demócrata sacudió a sus rivales republicanos mientras Donald Trump se prepara posiblemente para una nueva candidatura presidencial en 2024.
“De ola roja a gotita”
“Es un motivo de celebración”, dijo una sonriente Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, luego de que el sábado se anunciara la reelección de la senadora Cortez Masto en el estado de Nevada. “Quién hubiera pensado hace dos meses que esa ola roja se convertiría en una gotita muy pequeña”, bromeó Pelosi en alusión al color que identifica al partido republicano, en diálogo con la CNN.
Por su parte el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, atribuyó la derrota republicana a la sombra que el expresidente Trump echa sobre el partido y planteó: “Hemos hecho muchas cosas y haremos muchas más por el pueblo estadounidense”. Schumer agregó en su cuenta de Twitter: “El pueblo estadounidense rechazó (y rechazó sólidamente) la dirección antidemocrática, autoritaria, repugnante y divisionista de los republicanos MAGA (por Make America Great Again, el eslogan de campaña del expresidente Trump)”.
Frente a la alta inflación y la impopularidad de Biden, dirigentes de peso republicanos habían pronosticado incluso un tsunami rojo durante la votación del ocho de noviembre. Trump, omnipresente en la campaña, buscaba incluso surfear la ola republicana para anunciar una nueva candidatura a la Casa Blanca. Todavía se espera un “gran anuncio” este martes, pero su estado de ánimo ya no parece ser el mismo.
“Metió la pata”
Este domingo Trump culpó de la derrota a Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, un fuerte aliado suyo durante su mandato pero de quien se ha distanciado desde el asalto al Capitolio el seis de enero de 2021. “Metió la pata en las elecciones y todos lo desprecian”, dijo el exmandatario republicano en su red Truth Social, criticando a McConnell por no invertir suficiente dinero en la campaña de Blake Masters, el candidato apoyado por Trump en Arizona.
La derrota de Masters, así como otra de las piezas de Trump en Nevada, le permite a los demócratas contar con el dominio de la Cámara Alta. Con los resultados en Nevada ya decididos, Georgia es el único estado donde ambos partidos aún compiten por un escaño en el Senado. El senador demócrata Raphael Warnock se enfrentará al republicano Herschel Walker en una segunda vuelta el seis de diciembre.
Las novedades en el Senado son muy alentadoras para Biden. “Me siento bien y con expectativas de cara a los próximos dos años”, dijo el presidente desde Phnom Penh, Camboya, donde se reunió con líderes asiáticos antes de viajar a la cumbre del G20 en Bali. “Se lo escuché a alguien de la prensa: todo lo que ha hecho Trump es revelar lo que es el partido republicano. Creo que lo que tienen que decidir ahora, como hemos hecho nosotros en el pasado, es quiénes son”, agregó sacando pecho desde el continente asiático.
Los demócratas incluso se animan a soñar con mantener su mayoría en la Cámara de Representantes. “Todavía pensamos que tenemos posibilidades de ganar”, dijo este domingo Pelosi, mientras aún se esperan los resultados en una veintena de circunscripciones.
Según las cadenas de televisión, los republicanos tendrán una mayoría de apenas cinco escaños en la Cámara de Representantes, de 220 contra 215, lejos de la diferencia de decenas de bancas que esperaban conseguir en las elecciones de medio dmandato de Biden. Sin embargo, ya anticiparon que usarán esa ventaja en la Cámara de Representantes para impulsar investigaciones parlamentarias contra la administración Biden y sus allegados.
“Cansado de perder”
Entre los republicanos, Trump no es el único molesto. “El viejo partido está muerto, es hora de enterrarlo”, tuiteó el senador Josh Hawley, una figura del ala derecha de los republicanos, que pidió “construir algo nuevo”. El sábado otros allegados a Trump habían parecido querer desafiar a los líderes del partido en el Congreso, cuyos cargos estarán en juego próximamente.
Entre los moderados el gobernador de Maryland, Larry Hogan, presentado como posible rival de Trump en 2024, le atribuye el fracaso al multimillonario republicano. “Esta es la tercera elección consecutiva que Donald Trump nos hace perder. Estoy cansado de perder”, aseguró Hogan el domingo en CNN.
En tanto el gobernador por el estado de New Hampshire, el republicano Chris Sununu, que fue reelegido en estos comicios, acotó que el resultado de las elecciones fue un “rechazo al extremismo”. Sununu fue más allá y aseguró en la cadena ABC que es una “idea terrible” que Trump se postule este año como candidato a las elecciones de 2024.
Trump conserva sin embargo una popularidad innegable en parte del electorado republicano y las encuestas hasta el momento muestran que sigue ganando una primaria republicana. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, reelegido y nueva estrella de la extrema derecha, aparece poco después y podría ganar si los problemas legales del expresidente terminan por descalificarlo. El magnate es objeto de varias investigaciones por su papel en el ataque a la sede del Congreso o su gestión de los archivos de la Casa Blanca.