Hay olor a interna radical en el aire. En pocos días, este viernes 17 de diciembre, elegirán al nuevo presidente del partido y la discusión está más picante que nunca. Luego de una semana en que los bloques se rompieron y los vasos de vidrio volaron, el que se perfila para ser el próximo presidente del Comité Nacional de la UCR es el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Fue –no casualmente– el protagonista de una violenta discusión con el senador Martín Lousteau, que lidera el sector que le presenta la mayor resistencia. De hecho, se abre una nueva discusión sobre las provincias intervenidas y qué delegados de la UCR podrán votar al nuevo presidente y a los catorce integrantes de la conducción.La definión de las nuevas autoridades de la UCR –algo que en otros tiempos hubiera sido un trámite– está sumida en una polémica. En los hechos, la elección del 17 de diciembre será definida por 96 delegados de las provincias. Morales asegura tener el apoyo de más de 60, por lo que la elección ya estaría resuelta. Quizás algo de eso hay, porque todavía Lousteau no confirmó si se postulará para enfrentarlo, si bien desde su espacio plantean que alguien se presentará para buscar una renovación del radicalismo.
Mientras, existen negociaciones para que haya una lista de unidad y Morales sea el candidato único a la presidencia de la UCR, aunque en el camino podría haber impugnaciones del sector de Lousteau. El que viene intentando unir a los distintos sectores es el actual presidente de la UCR, Alfredo Cornejo. «Aspiro a que alrededor de esa designación establezcamos una lista de unidad, si no aparece nadie más de aquí al viernes», sostuvo el mendocino. «Hay hasta aquí una única persona, que es Gerardo Morales, la que ha planteado su vocación de conducir al partido», remarcó.Pero Cornejo no la tiene fácil con su idea de la unidad: cada vez que Morales sale a hablar es para pegarle a Lousteau y a quien, según asegura el gobernador jujeño, es su jefe: Horacio Rodríguez Larreta, el mandatario porteño. «Larreta tiene que ver en esto. Mismo (Emiliano) Yacobitti y Lousteau
dijeron que Larreta estaba en conocimiento de todo esto cuando quisieron
convencer a diputados. Hay un acuerdo porteño», sostuvo nuevamente Morales. También los instó a «reflexionar y no hacer más daño», porque «la ruptura del bloque radical no le hace bien al partido, nos daña. No le hace bien al partido». Desde la pelea que tuvieron la semana pasada con Lousteau, en la que Morales estrelló un vaso de vidrio contra la mesa y las esquirlas alcanzaron al gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, que los puentes están cortados con el sector de Yacobitti.
«Las diferencias se tienen que resolver hacia adentro y, si no, aplicar la regla de las minorías y las mayorías», consideró Morales, quien no parece interesado en acordar. De hecho, acusó al sector de Yacobitti de mandar «una patota» a la elección de la Juventud Radical, que terminó con golpes y empujones. Le quitaron, además, la presidencia al sector de Yacobitti en una elección que ese sector considera que no fue válida y que se debe volver a hacer en 90 días. «Si la renovación es romper o mandar la patota, entonces debieran reflexionar y no hacer el daño que están haciendo», sostuvo el gobernador Morales.
La nueva presidenta de la Juventud Radical, Valeria Pavón, responde al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, que ya cerró un acuerdo con Morales para no presentarse como candidato y disputarle la conducción.
El que se resiste todavía es Lousteau. Desde su sector plantean que lo que tendría que cambiar es «el funcionamiento del partido: terminar con la lógica de partido cerrado sobre sí mismo que, por ejemplo, se niega a utilizar las PASO para atraer figuras nuevas». Y plantearon que antes de anunciar quién será el candidato que le compita a Morales, quieren que se discuta qué delegados están habilitados para votar. «Hay dos provincias intervenidas (Santiago del Estero y Tucumán), dos con mandatos vencidos (Santa Cruz y Formosa) y una judicializada (la provincia de Buenos Aires)», remarcaron desde el sector de Lousteau. Consideran que ninguno de esos delegados estaría en condiciones de votar el viernes (son cuatro delegados por provincia). «Si votan quienes no están en condiciones de hacerlo, la impugnación es una posibilidad, pero se trabaja sin pensar en ruptura», indicaron.Las negociaciones seguirán en los próximos días, aunque las posiciones están muy encontradas entre los correligionarios de uno y otro sector, por lo que todo podría terminar judicializado –el caso de la Juventud Radical, donde no reconocen el resultado, es un antecendente en ese sentido–. Por lo pronto, se asegurarán de que en las próximas reuniones no haya vasos de vidrio.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/389111-gerardo-morales-busca-la-conduccion-de-la-ucr-y-martin-loust