Desde Londres
Los historiadores y analistas no recuerdan un comienzo tan desastroso para un gobierno como el que ha tenido Liz Truss que asumió el 6 de septiembre, dos días antes de la muerte de la Reina Isabel.
Debacle
Los tradicionales 100 días de gracia que se le suele conceder a las nuevas administraciones se dilapidaron en los 25 minutos que duró el anuncio presupuestario del ministro de finanzas Kwasi Kwarteng el viernes 23. El derrumbe de la libra, la caída de los bonos gubernamentales, la intervención masiva del Banco de Inglaterra y el impacto que la crisis comenzó a tener en el mercado mundial de bonos soberanos son una somera síntesis de una debacle que apenas ha comenzado.
El dictamen ha sido particularmente lapidario entre los medios conservadores. “En las primeras semanas el nuevo gobierno ha despilfarrado su reputación, ha desatado más inflación, ha obligado a una intervención de emergencia del Banco Central y ha complicado las chances de crecimiento. Imagínense lo que pueden hacer en un mes o dos”, dice el semanario The Economist.
El semanario califica al gobierno de fatal “incompetencia” y señala la falta de salida política. “Después del peor comienzo de un gobierno que se recuerde, mucha gente empieza a preguntarse cuánto va a durar la nueva primera ministra Liz Truss. El problema es que hoy una nueva elección de líder conservador más que expeditiva sonaría a ridícula”, señaló el semanario.
No hay medio británico que no haya concurrido con esta evaluación, ni los más conservadores como el Daily Telegraph o el Daily Mail. Lo mismo ha sucedido con la prensa internacional desde el Bild de Alemania hasta El País de España o el The Times de la India o Paul Krugman en Estados Unidos que calificó a la política económica de Truss de “estúpida”. La conservadora publicación Foreign Policy, fundada por el adalid de la guerra de civilizaciones, Samuel P. Huntington, tituló con una curiosa comparación. “Liz Truss piensa que es Thatcher. No lo es. La primera ministro está haciendo que el Reino Unido se parezca cada vez más a Argentina”.
En estado de shock y negación
En medio del incendio el gobierno se ha empecinado en negar que haya fuego a la vista. El jueves Truss dio un raid mediático asegurando que el camino adoptado era el único posible para crecer. El resultado fue previsible: otra caída de la libra.
Este viernes, con su ministro de finanzas Kwarteng, se negaron a que se publique hasta noviembre la estimación del autárquico Office of Budget Responsability del impacto que tendrá el presupuesto. ¿Resultado?: nueva caída de la libra. Truss abre la boca y mete la pata.
Entre los conservadores las aguas están revueltas. La renuncia de Truss es, por el momento, impensable porque conduciría a un inevitable llamado a elecciones anticipadas que los diputados quieren evitar a toda costa. Pero la actual turbulencia es insostenible. La cabeza de Kwarteng y una marcha atrás con algunas medidas del presupuesto son un mínimo para un número creciente de legisladores Tories.
Bonos soberanos
Con los bonos soberanos británicos pagando más interés que los de los peores de la clase de los países centrales – Grecia e Italia – los mercados, el Banco de Inglaterra, los medios y el parlamento esperan que el gobierno revierta o modere la masiva reducción impositiva (45 mil millones de libras).
La deuda pública alcanza el 100 por ciento del PBI y el presupuesto contempla un plan de asistencia de emergencia de 150 mil millones de libras para las cuentas de electricidad y gas de empresas y hogares. Nadie discute esta medida que evita la bancarrota de muchas empresas y la caída en la “pobreza energética” de muchos hogares.
La “demencia”, “estupidez” o “incompetencia” es acompañar esa imprescindible asistencia con una masiva reducción de impuestos a los más ricos y las corporaciones que vacía las arcas del fisco. En tiempos normales debería prevalecer el sentido común, en especial en una sociedad tan pragmática como la británica.El problema es que Truss-Kwarteng pertenecen a una secta de ultra neoliberales incapaces de dar un paso atrás a menos que los empujen. Eso puede estar por suceder.
Congreso conservador
El domingo comienza el congreso anual del Partido Conservador que amenaza mostrar un grado de desintegración interna cercano a la guerra civil y que será transmitido en vivo y en directo por la BBC. Durante los cuatro días de Congreso cada palabra y gesto de Truss y Kwarteng, cada confrontación del partido serán seguidas con lupa por las cámaras y los mercados.
La crisis británica ha comenzado a expandirse por otros lares. Los bonos soberanos de Estados Unidos y la Unión Europea han padecido fuertes fluctuaciones en los precios. “Los mercados soberanos siempre están fuertemente entrelazados. Lo que pasó en el Reino Unido se filtró a los mercados de bonos europeos y de Estados Unidos”, señaló al Financial Times Dickie Hodges de Nomura Asset Managment. Por si faltaran crisis globales, parió la abuela.