Desde principios de agosto se quemaron más de 20.000 hectáreas en distintas zonas del Delta del Paraná y se calcula que desde que comenzó el año ya se consumieron más de 100 mil hectáreas.
De acuerdo con las investigaciones judiciales y las denuncias públicas del Gobierno nacional y provincial, los incendios en la zona del Delta se desatan en su mayoría en forma intencional y de forma reiterada en los mismos campos , donde se utiliza esa práctica para acondicionar el suelo para distintas actividades agropecuarias o negocios inmobiliarios.
En este sentido, según un informe de la Municipalidad de Rosario presentado ante la Justicia, a lo largo de los últimos 2 años se detectó que en 10 puntos del delta del río Paraná se iniciaron incendios hasta 59 veces.
En este contexto, los especialistas informan que se van a necesitar entre 300 y 400 años para recuperar el humedal que teníamos, ya que el uso de los humedales para la cría de ganado, para el cultivo de transgénicos como la soja y para la expansión de urbanizaciones exclusivas ponen en riesgo su conservación y restauración.
Por su parte, la Facultad de Ciencias Médicas emitió un informe relacionado con los efectos que causa el humo en la salud de la población.
Los gases y partículas producidas por las quemas recorren decenas de kilómetros e invaden zonas urbanas vecinas generando un incremento de padecimientos respiratorios y cardiovasculares, existiendo además claras señales de su vinculación con enfermedades metabólicas y cáncer.
Por todo esto, es necesario frenar los incendios, y tratar de evitar el colapso ambiental. Para ello es fundamental contar con una ley de humedales que regule el uso y la conservación de los humedales del país, estableciendo prohibiciones claras y sanciones contundentes.