En pleno auge del empleo en el Reino Unido, el debate por la inmigración, uno de los temas más polémicos y divisorios que se instaló en la campaña del Brexit, volvió a cobrar intensidad, tras la preocupación en los distintos sectores sobre las consecuencias que tendrá el sistema de puntos para el ingreso de trabajadores que dio a conocer esta semana el gobierno británico.
Este nuevo proceso de asignación de visas está basado en un sistema de puntos por el que hablar el idioma, tener una oferta de empleo dentro del país y demostrar sus capacidades serán parte de los requisitos.
Alguien tendrá que hacer los trabajos sucios y mal pagados, desde la construcción hasta el procesamiento de alimentos y la atención social”
Barbara Drozdowicz, del Centro de Recursos de Europa del Este
El objetivo de la medida es deshacerse de la mano de obra barata y poco calificada y que los empresarios británicos inviertan más en capacitación.
Pero, según el Centro de Recursos de Europa del Este, con sede en el Reino Unido, algunas empresas estarán felices de contratar trabajadores indocumentados si la política de inmigración ahoga el suministro de trabajadores poco calificados.
“No nos engañemos: alguien tendrá que hacer los trabajos sucios y mal pagados, desde la construcción hasta el procesamiento de alimentos y la atención social.¿De dónde van a venir estos trabajadores?”, se preguntó Barbara Drozdowicz, directora de la organización benéfica en declaraciones al diario The Guardian.
Según Drozdowicz, incluso ahora que los ciudadanos del este de Europa tienen pleno acceso al mercado laboral, los polacos y los rumanos son dos de las cinco principales nacionalidades que ya son víctimas de la “esclavitud moderna” en el Reino Unido.
De cada 50 trabajadores de la UE que llegan a trabajar en el campo, hay un sólo inglés que encima está 24 horas y se va”
Joan Laplana
A su vez, Emily Kenway, asesora principal de políticas de la organización Focus on Labor Exploitation, la gente simplemente caerá en manos de los traficantes y aumentarán los trabajadores indocumentados.
En cambio, para Joan Pons Laplana, un enfermero del hospital de Sheffield al sur de Inglaterra y que fue elegido en 2018 como el mejor enfermero del año del país, en diálogo con Télam, lo que sucederá directamente es que que no habrá gente para trabajar en el sector agrícola, ni en la construcción y el sistema de salud público colapsará ya que la mayoría son trabajadores de la Unión Europea (UE).
El enfermero Joan Pons Laplana
“El gobierno británico vive en una burbuja en Londres. De cada 50 trabajadores de la UE que llegan a trabajar en el campo, hay un sólo inglés que encima dura 24 horas y se va, y eso es porque no quieren hacer ese tipo de trabajos. Y no tiene que ver con que estén mal pagos”, contó Laplana quien también lideró las campañas en contra del Brexit de varios grupos proeuropeos.
“Mi pregunta es quien vendrá a partir de ahora a trabajar al campo, en la construcción, en los hospitales. Yo vine aquí hace 20 años y si tuviera que buscar trabajo nuevamente, este sería el último país donde iría”, aseguró.
Dijo que de cada cuatro enfermeros uno es extranjero y de cada cuatro médicos, uno también lo es, con lo que el sistema de salud colapsará sin personal.
El Reino Unido como cualquier otro país de la UE, nunca perdió el poder de controlar la inmigración”
Joan Laplana
Explicó que los europeos comenzaron a irse desde el referéndum y ahora su hospital se vio en la necesidad de reclutar personal médico de Filipinas e India por el que debe pagar en documentación y traslado unas 10.000 libras (13.000 dólares) por cada uno.
Según el enfermero, el sistema de puntos será la última mentira del gobierno que se destapará, porque ha estado culpando a la inmigración de los problemas del Reino Unido y el verdadero problema son las políticas y su mala administración.
“El Reino Unido como cualquier otro país de la UE, nunca perdió el poder de controlar la inmigración. No puede seguir usándola como respuesta a todos los problemas porque el Reino Unido la necesita para tener una economia fuerte y estable.
Movimientos de oposición
Ayer el grupo proeuropeo European Movement UK, liderado por el diputado laborista, David Lammy y la activista política, Giulia Savini, lanzaron un petitorio en contra de las políticas de inmigración del primer ministro británico Boris Johnson.
El diputado laborista, David Lammy
Para European Movement, el nuevo sistema es totalmente innecesario y sólo sirve para crear un ambiente hostil muy desagradable que ve a los inmigrantes como peones políticos.
“Somos más que eso! Somos sus cuidadores, sus vecinos, sus amigos, sus socios, el personal de su restaurante favorito, sus enfermeras”, expresó.
El grupo sostiene que tanto la sociedad británica como la cultura y la economía están enriquecidas por personas de todo el mundo y de todos los orígenes y que esta medida lanzada por el gobierno sólo sirve para aislarse.
Guilia Savini, cofundadora del grupo activista del movimiento Europeo Best for Doncaster, dijo que vive hace 8 años en el Reino Unido, tiene una maestría en política y trabaja a tiempo completo para una organización benéfica nacional, paga sus sus impuestos y es voluntaria en su comunidad, sin embargo, como no tiene un doctorado y no gana 25.600 libras esterlinas, no es una buena inmigrante o “una de las mentes más brillantes” para este gobierno.
Los críticos de las leyes de inmigración propuestas por el gobierno dicen que no tienen sentido en una economía donde hay casi pleno empleo, mientras que los grupos empresariales advirtieron también que las principales industrias enfrentarán una importante escasez de trabajadores.