El presupuesto que diseñó Kicillof para el 2021 permite entrever una lógica compatible con un año electoral, con un fuerte aumento de la obra pública, las partidas de seguridad y las transferencias a los municipios. Todos reclamos permanentes de los intendentes.
El proyecto que envió a la Legislatura bonaerense propone un aumento del 328% de la inversión directa en obra pública, llevándola al 5,7% del gasto total de la provincia. La meta se mantiene pese a que implica elevar el gasto consolidado por encima de los ingresos y empeorar el resultado financiero desde un déficit del 5,3% de los ingresos corrientes este año al 6,2% en 2021.
Se dispone además un aumento de las transferencias por coparticipación a los intendentes, que aumentarían un 43,2%. Si se suma a esto el programa de obras por $122.000 millones, las transferencias de capital van a incrementarse 69,3%.
Así se lo explicaron este lunes a los diputados y senadores bonaerenses del oficialismo el jefe de Gabinete, carlos Bianco y los ministros de Hacienda, Pablo López y de Infraestructura, Agustín Simon