La imagen de Lula cayó 11 puntos en dos meses y es la peor de todos sus mandatos

La imagen de Lula cayó 11 puntos en dos meses y es la peor de todos sus mandatos

 La prestigiosa consultora brasileña Datáfolha publicó una lapidaria encuesta que refleja una caída estrepitosa de la imagen de Lula en Brasil. Según el trabajo publicado por Folha de San Pablo, el presidente de Brasil tiene a penas un 24 por ciento de apoyo, una caída de 11 puntos en relación a la última medición realizara hace dos meses. 

En tanto, la desaprobación también registro una cifra récord pasando del 34% al 41%. Para el relevamietno, la caída demuestra el impacto de las sucesivas crisis que ha atravesado el gobierno, la más notable de las cuales es la de los Pix. 

Se trata del sistema de pago electrónico que la derecha instaló que iba a implementarse impuestos sin ninguna información oficial que lo respalde. Lo único que el gobierno había anunciado es la intención de  monitorear transacciones superiores a R$ 5.000 mediante transferencia bancaria instantánea.

Esta situación terminó eyectando a Paulo Pimenta de la secretaría de Comunicación para dar paso a Sidonio Palmeira que, como reveló en exclusivo LPO, encabeza una campaña de comunicación para relanzar la imagen de Lula.  

Lula supera el 50 por ciento de desaprobación pero le ganaría a Bolsonaro en un balotaje 

Sin embargo, la mala valoración de los brasileño al gobierno no se limita a cuestiones de comunicación sino a la situación de la economía. “La inflación de los alimentos es un foco constante de preocupación y el presidente no ha contribuido a ello con declaraciones como aquella en la que sugirió a la gente dejar de comprar alimentos caros. Si bien en teoría parece lógico, parece un lavado de manos, debidamente aprovechado por la oposición más ágil”, detalla la encuesta.

La preocupación en el gobierno es mayúscula porque el número de aprobación es espero de todos los tres mandatos de Lula. Anteriormente, había alcanzado un 28% de calificaciones excelentes y buenas en octubre y diciembre de 2005, en pleno auge de la crisis del mensalão, en su primer mandato. 

La inflación de los alimentos es un foco constante de preocupación y el presidente no ha contribuido a ello con declaraciones como aquella en la que sugirió a la gente dejar de comprar alimentos caros. Si bien en teoría parece lógico, parece un lavado de manos, debidamente aprovechado por la oposición más ági

El tercer mandato mostró una imagen estable. En promedio, entre nueve encuestas de Datafolha, su índice de aprobación fue del 36% y su índice de desaprobación fue del 31%. Ahora el panorama cambió. 

Un dato que recuerda Datafolha es que Jair Bolsonaro tenía un índice de desaprobación similar en este momento de su mandato, con un 40% de calificación malo/terrible. Sin embargo, su índice de aprobación fue algo mejor: 31%. 

La encuesta muestra también la erosión de la popularidad de Lula, incluso entre grupos habitualmente cercanos al petista, tal vez la mayor preocupación en el entronco del presidente en este momento. 

Por ejemplo, entre quienes ganan hasta dos salarios mínimos la aprobación cayó del 44% al 29%. Representan el 51% de la muestra poblacional de Datafolha y el margen de error en el grupo es de apenas tres puntos porcentuales.  

Entre quienes ganan hasta dos salarios mínimos la aprobación cayó del 44% al 29%. Representan el 51% de la muestra poblacional de Datafolha y el margen de error en el grupo es de apenas tres puntos porcentuales

En el 33% de los encuestados que sólo tenía estudios primarios, el descenso también fue de 15 puntos: del 53% al 38% con un  margen de error es de cuatro puntos. 

En el Nordeste, bastión electoral por excelencia de Lula, el apoyo se redujo del 49% al 33%, en una región que concentra el 26% del electorado. Entre los votantes de Lula en la segunda vuelta contra Bolsonaro en 2022, el descenso fue de 20 puntos, llegando al 46%. Aquí la desaprobación casi se duplicó (7% a 13%), pero la desconfianza hizo que la opinión se inclinara más hacia los regulares, que pasaron del 27% al 40%. 

Es evidente que el motor de la caída es la economía en un contexto donde todas las miradas están puesta de el ministro Fernando Haddad. Lula se resiste a cambiarlo en el inminente cambio de gabinete pero son demasiados las voces, dentro y fuera del Partido de los Trabajadores, que consideran que es el responsable de la crisis. 

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