Desde San Pablo
Democracia Corinthiana. Las hinchadas de Corinthians y Atlético Mineiro dispersaron a manifestantes ultraderechistas que bloquean carreteras y avenidas repudiando la victoria de Luiz Inacio Lula da Silva en el ballottage del domingo pasado frente a Jair Bolsonaro, y reivindican un gobierno militar.
Torcedores de Corinthians, el club más popular de San Pablo cuyo estadio se encuentra en uno de los suburbios humildes de la ciudad, retiraron neumáticos y dispersaron este miércoles a manifestantes en la autopista Presidente Dutra, a la altura de la ciudad de Jacareí, interior de San Pablo.
Se trata de una ruta neurálgica: es la que une San Pablo y Río de Janeiro, las ciudades más importantes del país, y fue una de las elegidas por las bandas fascistas en una onda de acciones golpistas avaladas desde Brasilia por el capitán Bolsonaro, hincha de Palmeiras y amigo del crack Neymar.
Los muchachos corinthianos se dirigían a Río de Janeiro donde esta noche su equipo enfrentará al igualmente popular Flamengo.
En las redes sociales viralizaron videos donde los simpatizantes del club paulista caminan por la autopista retirando neumáticos sin que ningún camionero agitador del golpe ni activista pro Bolsonaro les haga frente.
Otro grupo de corinthianos desbloqueó un tramo de la avenida Marginal Tieté, importante arteria de la ciudad de San Pablo, donde colgaron una amplia bandera con la frase “Estamos por la Democracia” al lado de un puño cerrado, en colores negro y blanco, los de la camiseta del club.
Desde lo alto del puente los robustos simpatizantes corearon consignas en favor de Lula da Silva, vencedor del ballottage del domingo ante el mandatario Jair Bolsonaro.
El presidente electo y extornero Lula es hincha de Corinthians, y durante sus dos mandatos solía ver los partidos en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial que en pocas semanas deberá abandonar Bolsonaro.
La leyenda de la hinchada corinthiana se remonta a los años 80 cuando respaldó las protestas por el restablecimiento de la democracia, en un movimiento conocido como “Democracia Corinthiana”.
Esa corriente de opinión político-futbolística fue encabezada por el legendario jugador Sócrates, amigo de Lula, que además brilló en la selección nacional.
Por cierto la casaca amarilla en estos años de régimen bolsonarista devino símbolo de la ultraderecha, cuyos militantes la visten en las marchas golpistas: el propio mandatario saliente la usó el domingo pasado cuando fue a votar en Río de Janeiro.
Y en sus spots publicitarios por la reelección pidió a sus electores que vayan a las mesas de votación con camisetas amarillas con el número 10 de Neymar. El astro del seleccionado es un declarado votante del presidente que no logró la reelección.
Paralelamente la parcialidad de Atlético Mineiro, este martes levantó 3 bloqueos en los estados de Minas Gerais y San Pablo, durante el viaje realizado hacia San Pablo. Los atleticanos finalmente llegaron para asistir al duelo de su equipo con San Pablo, que concluyó 2 a 2.