Los 230 inmigrantes rescatados en aguas del Mediterráneo por el barco humanitario Ocean Viking comenzaron a desembarcar este viernes en la base naval francesa de Tolón, poniendo en evidencia la tensa relación entre Francia e Italia.
Este viaje del Ocean Viking representa el tiempo más largo en que una embarcación de la ONG SOS Méditerranée esperó a ser autorizada a atracar, afirmó la organización, subrayando que veinte de los 230 migrantes necesitan cuidados intensivos. El barco atracó esta mañana en Tolón, a donde lo dirigieron las autoridades francesas después de la negativa italiana a que las personas rescatadas desembarcaran en su territorio.
Por el momento, los inmigrantes pasarán una evaluación sanitaria y después serán llevados a un centro de internamiento durante un máximo de veinte días para el estudio de sus casos. Según informó en una rueda de prensa Evence Richar, delegado del Gobierno del departamento de Var, quienes tengan derecho a solicitar asilo lo harán por el procedimiento acelerado
En cambio, el director general de Extranjería, Éric Jalon, señaló que en el caso de las personas que no tengan derecho a solicitar asilo o puedan suponer un riesgo para la seguridad, se iniciará el procedimiento para que vuelvan a su país de origen.
Se trata del primer barco de ayuda humanitaria en el Mediterráneo que desembarca en territorio francés, aunque según el derecho internacional, debería haber atracado en el puerto más cercano, en este caso en las costas italianas. El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, anunció que ya once países europeos, entre ellos Alemania, Portugal, Irlanda, Luxemburgo, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Malta y Lituania, se comprometieron a acoger a 175 de los 234 pasajeros del Ocean Viking.
Italia y Francia en tensión
“La crisis del Ocean Viking generó una ruptura de confianza entre Italia y Francia”, declaró Laurence Boone, secretaria francesa de Estado encargada de Europa, recalcando que la postura italiana ha sido una decisión unilateral que pone vidas en peligro.
El ministro francés Darmanin anunció este jueves medidas contra Italia, entre ellas reforzar los controles fronterizos con ese país y suspender el acuerdo de relocalizaciones que se había establecido a nivel europeo para el reparto de los migrantes rescatados por barcos humanitarios. Además, Francia organizará una reunión con la Comisión Europea y Alemania para “estudiar las consecuencias de la actitud italiana” porque, según insistió el portavoz del Gobierno francés Olivier Véran, “Francia quiere que la respuesta sea europea”.
La jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, calificó este viernes la reacción francesa de agresiva, incomprensible e injustificada. Y dijo apostar por una “solución común” para la cuestión migratoria. La acogida del Ocean Viking tampoco gustó a Marine Le Pen, líder del partido francés de extrema derecha Agrupación Nacional, que la considera una muy mala decisión ya que “lanza una señal dramática de laxitud” en cuanto a la inmigración.