Llaman a inversores inmobiliarios a hacerse literalmente de todo Pinamar, a través del lanzamiento de la “marca” Pinamar Respira, no sólo intentan convencer a invertir en terrenos sino que la idea central es aumentar desproporcionadamente la población estable sin que exista un plan maestro de obras públicas primariamente establecido a tal efecto, con el consiguiente impacto ecológico y de medio ambiente que todo ésto implica.
A Yeza nada parece importarle, claramente ha establecido su norte en la expansión inmobiliaria y en el negocio rentable y de poder a tal efecto, de éste modo (tal como ocurrió en el norte del conurbano bonaerense y en éstos momentos en Costa Salguero en la CABA) ya nada importa el poder político ocasional, quedan literalmente con el poder económico y el manejo de las finanzas públicas y privadas pasando por encima del estado que pasa a ocupar claramente un segundo plano de expectativa permanente e inmovilidad ante semejante avanzada.
El plan de Yeza es llevarlo a cabo junto a su mamá, cabeza de la franquicia norteamericana “Century 21”, de modo que, tal como lo anticipamos oportunamente, nada tenía de casual el veto del intendente a la ordenanza municipal que primitivamente prohibía el ingreso de franquicias en desmedro de los martilleros locales.
Yeza juega a quedarse con la Localidad, la duda surge en que va a hacer la oposición y cual será la reacción de la sociedad.