La sexta edición de la Feria Edita, que en la versión más convocante desde su surgimiento reunirá a 140 sellos editoriales independientes en el Museo Provincial Emilio Pettoruti de la ciudad bonaerense de La Plata, se concretará este sábado y domingo con más de 30 autores, entre ellos el chileno Alejandro Zambra y el mexicano Mario Bellatin, con un nutrido cronograma de actividades y con subsidios para que librerías independientes y bibliotecas populares compren ejemplares al 50%.
El sábado 3 y el domingo 4 de diciembre el libro vuelve a ser protagonista en el marco de Edita, el proyecto cultural, artístico, social y comercial nacido en la ciudad de La Plata en 2016, y que, en el marco de una feria de libros de editoriales independientes, busca impulsar el desarrollo integral del sector en la región bonaerense y generar un vínculo directo entre editor y lector.
Con la fiebre mundialista como telón de fondo, desde la organización advirtieron que en el Pettoruti se montará una pantalla para que quienes asistan a la feria a la hora del partido puedan disfrutar del enfrentamiento entre Argentina y Australia.
De hecho, ante la clasificación argentina a los octavos de final de la Copa del Mundo, la organización redefinió el esquema de horarios y el sábado se podrá visitar la feria de 11 a 15 y de 19 a 23. El domingo queda con el horario estipulado de 15 a 21.
Con entrada gratuita, la cita es en el edificio de calle 51 entre 5 y 6, donde los lectores encontrarán multiplicidad de actividades que incluyen talleres, lecturas, charlas, muestras y un espacio para niñeces.
“Desde agosto estamos trabajando fuertemente en la gestión de todo lo que se necesita para la feria. Es un trabajo que se suma al que tenemos en las editoriales cada uno”, indicó a Télam el escritor y editor Francisco Magallanes, codirector de Club Hem y Malisia Editorial y parte del colectivo que organiza de Edita.
El escritor consideró que este tipo de ferias, declarada de interés municipal esta semana por el Concejo Deliberante platense, es “muy importante para el circuito editorial no solamente por la venta directa con el público, sino por la promoción y difusión de los autores, las actividades y las charlas”.
“En esta edición quisimos ampliar la presencia de todos los sectores vinculados con el libro en la ciudad y generamos acciones de política pública relacionadas con el libro en articulación con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires”, agregó Pablo Amadeo, editor y director del proyecto FanBook y parte de la organización.
Amadeo explicó que este año se trabajó en la generación de un subsidio, a través de dos programas de apoyo, para librerías independientes y bibliotecas populares, que les permite comprar ejemplares a mitad de precio.
“Intentamos que la feria sea una acción de política comercial no solamente para las editoriales, sino también para las librerías y bibliotecas; funciona a manera de política de desarrollo para todo el sector”, agregó sobre la feria que este año se articuló además con el Instituto Cultural, el Museo Pettoruti y el Banco de la Provincia de Buenos Aires.
“La idea no es que vengan vendedores de las editoriales, sino quienes editan los materiales porque propiciamos un diálogo entre el público y quienes están en la hechura. Edita se propone generar una feria para la ciudad con un perfil bonaerense vinculado a acciones de políticas públicas”, señaló.
Entre el sábado y el domingo los lectores que recorran sus 120 stands podrán participar de charlas, lecturas, talleres, conversatorios de autores como Bellatin, Zambra, Cynthia Rimsky, Sergio Raimondi, Marie Gouiric, Marina Closs y Roberta Iannamico.
Además, participarán Laura Wittner, Daiana Henderson, Ariel Luppino, Inés Garland, Gabriela Halac, Carlos Ríos, Daniel Zelko, Pablo Farrés, Mario Arteca, Francisco Bitar, María Laura Pintos, Ramiro Larraín o Sara Bosoer.
“Se hizo una apuesta fuerte a la programación porque tenemos invitados internacionales junto a escritores y escritoras locales”, destacó Amadeo sobre el amplio listado que incluye a Paula Tomassoni, Ariel Dilon, Florencia Di Paolo, Paola Cortés Rocca, Adriana Basualdo, Julia Cisneros, Centro Experimental Vigo, Sol Correa, Julieta Novelli, Verónica Stedile Luna y Francisco Magallanes.
Durante la doble jornada habrá muestras, espacios para pensar las prácticas editoriales y disfrutar de la poesía, la ficción y el ensayo y una biblioteca móvil.
El espacio dedicado a las infancias “era un pendiente que arrastrábamos de diferentes ediciones, y ahora, quizá porque varios de nosotros ya tenemos hijos, tuvimos que resolver qué hacer con ellos mientras funciona la feria”, señaló entre risas el editor, en referencia a los talleres de cuentos, teatro de sombras, origami, creación de instrumentos de percusión, aikido, pintura de mandalas, títeres de dedo, circo y shows destinados a los más chicos.
Magallanes destacó que a pesar de ser la sexta edición de la Edita, las expectativas “son las mismas que en la primera edición”.
“Queremos que sea una fiesta, una celebración, que los lectores recorran masivamente los stands, las editoriales, que aprovechen para comprar libros que están con descuentos”, resaltó.
Durante la feria, además, sobrevolarán cuestiones relativas a las dificultades que enfrenta el sector. Si bien desde la organización destacaron que en los últimos años, pese a la pandemia y la crisis económica, han “florecido” las editoriales y librerías independientes, señalaron que hay “problemas estructurales” que vienen arrastrando desde hace tiempo.
“La producción del libro es quizá lo más complejo. El libro se ha vuelto un bien de consumo de lujo porque un libro promedio está sobre los dos mil pesos; y eso tiene que ver con el aumento de los costos, con el valor del papel y con los procesos de concentración de producción de ese insumo a nivel nacional”, explicaron desde la organización.
En esa línea, consideraron que “uno de los grandes desafíos para todo el campo del libro en Argentina, para su supervivencia y desarrollo, es apuntar a la descentralización de la producción del papel y al desarrollo de la industria nacional”.
“Hay que apoyar a otros sectores de la producción del libro que tienen que ver con el desarrollo de una industria gráfica propia porque las grandes editoriales imprimen en zonas francas fuera del país, y las editoriales chicas imprimimos a demanda. Nosotros sostenemos el mercado de la edición independiente y somos los que más caro pagamos los insumos de producción”, agregaron.
El Colectivo Malisia facilita el transporte de las editoriales con colectivos de Ciudad de Buenos Aires a la ciudad de La Plata y trabaja en conseguir hospedaje gratuito a editores del interior e internacionales para que “a todos se les haga más fácil participar. Queremos que las editoriales vendan y ganen plata. Estas ferias de fin de año son una suerte de aguinaldo”, concluyeron.