El jazz y los bailes en vivo, con una activa participación del público, se combinaron en el casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires, situado en el barrio de San Telmo, en la segunda edición de la Noche de los Anticuarios, un evento que se realiza para poner en valor esa zona, que concentra la mayor cantidad de negocios de antigüedades de la CABA.
En una noche calurosa, miles de personas recorrieron la calle Defensa, desde Plaza Dorrego hasta la avenida Independencia, que se hizo peatonal para dar lugar a las performances de jazz, swing y “marching bands” que deleitaron a los argentinos y a los centenares de turistas, en su mayoría brasileños, que participaron activamente de los bailes.
“Me gustan mucho las antigüedades, es la primera vez que vengo. Esta movida de música, bailes y lugares abiertos es muy necesaria para despejarse. Está lleno de turistas, en especial brasileños, uruguayos y chilenos”, dijo Matías a Télam mientras recorría rápidamente la calle Defensa y luego de intentar convencer a turistas brasileños de que “la movida está muy buena”.
La Noche de los Anticuarios “un viaje a la Buenos Aires de otros tiempos” fue el lema con el que se promocionó el evento en la que no faltó además performances de tango para promocionar la música ciudadana.
La Plaza Dorrego fue el epicentro de la movida y allí junto a centenares de personas que disfrutaban de una cerveza para atenuar la temperatura, se desarrollaron perfomances de swing y jazz, con bandas en vivo, con activa participación del público.
Tampoco faltaron las camisetas “verde amarillas” de la selección de Brasil, con la cual se identificaban los turistas de ese país que salieron a festejar el triunfo de su selección en el Mundial de Qatar ante Serbia. En menor proporción los uruguayos recorrían la feria con sus camisetas celestes.
Además, “marching bands”, los grupos de baile recorrieron las cuatro cuadras de la calle Defensa, donde actuaron Las Bourbon Sweethearts, el cuarteto de swing Hot Shooters en su versión “marching band”, y los CheBechet Ft. Guillermo Perata.
Fotos: Julián Álvarez
El Casco Histórico es una de las zonas con mayor concentración de anticuarios en el mundo y la venta de antigüedades es parte fundamental de la identidad del barrio de San Telmo.
Hacia la noche, los anticuarios prendieron sus lámparas arañas e iluminaron la zona, lo que configuró un espectáculo muy atractivo para los argentinos y turistas.
En la zona hay unos 25 comercios de antigüedades, muchos de ellos con 30 años de presencia en el barrio, lo que convierte a San Telmo en la zona donde se concentra la mayor cantidad de comercios de este tipo de la ciudad.
Lucas, encargado de “Imperio antigüedades”, un local tradicional sobre la calle Defensa, dijo a Télam que este tipo de eventos “sirve para promocionar el casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires, la combinación de la música en vivo, los bailes y los comercios dan un buen marco para ello”.
“San Telmo no es solo antigüedades, es también gastronomía, comercios de ropa, es un epicentro donde se pueden juntar varios rubros y convivir perfectamente. Aquí se concentran la mayor cantidad de anticuarios que dan a la calle de la Ciudad”, dijo Lucas.
Sin embargo, refirió que van quedando pocos anticuarios en esta zona.
“Antes de la pandemia ya no quedaban muchos, por diversos costos de alquileres y demás, aun así si uno quiere ver anticuarios de punta a punta la referencia sigue siendo San Telmo en la Ciudad”, detalló.
El gran afluente de compras de antigüedades “es el público argentino antes que turistas”, indicó y explicó que “hoy se incursionan mucho en las antigüedades como inversión, para luego revenderlo”.
Respecto al casco histórico, Lucas consideró que “creció en los últimos años y todo este tipo de eventos favorece. Desde que está Puerto Madero, toda la zona del casco histórico fue levantando poco a poco”