Por estas horas los legisladores porteños “debaten” -la mayoría oficialista asegura que el proyecto salga, a pesar de la gravedad de las medidas represivas que habilita- la inclusión de figuras para agentes encubiertos e informantes, que podrían significar la extorsión y la persecución de la protesta social.
“La creación de un ejército de buchones a sueldo para ‘aportar datos’ a la policía”, advirtió la legisladora del PTS-FIT, Myriam Bregman. Y es que la iniciativa le permitiría sumar herramientas represivas a las fuerzas policiales.
Por su parte, los legisladores de Unidad Ciudadana advirtieron que estas modificaciones son un “cheque en blanco para la justicia y las fuerzas de seguridad”. En relación a la figura del “informante” la redacción de la herrramienta no tiene garantías sobre la posible utilización extorsiva, relegando además el control en la misma autoridad de aplicación, el Ministerio de Seguridad.
En cuanto a las figuras de “revelador” y “agente encubierto” el peligro reside en que los oficiales tomen actitudes de provocación, logrando desencadenar acciones delictivas para lograr detenciones: una práctica habitual que busca ser oficializada.
Esta situación es bien conocida y denunciada en varias oportunidades, sobre todo en manifestaciones populares donde “agentes” de civil atacan a oficiales desde el grupo humano que la fuerza busca desplazar con los conocidos y brutales métodos que repite la política represiva de esta administración.