Este jueves por la tarde, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, remarcó la importancia de respetar la democracia en el marco de la guerra de Ucrania y las elecciones en Brasil. También, comentó el avance del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y se diferenció de Estados Unidos a la hora de dar sanciones a países que, consideran, no respetan los derechos humanos.
En una rueda de prensa realizada en el Palacio San Martín, sede ceremonial de la Cancillería de la República Argentina, Borrell y el canciller argentino, Santiago Cafiero, expusieron los resultados de la tercera edición de ministros de relaciones exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE).
“El año que viene, que termina con la presidencia de España en la Unión Europea, tiene que ser el año de América Latina en Europa y de Europa en América Latina”, remarcó Borrell al inicio de su discurso.
Pedido por la democracia
En el marco de un mundo post pandemia y de una Europa apaleada por la guerra, Borrell resaltó, sobre todo, la importancia del buen funcionamiento de la democracia. “De ellas dependen las instituciones que garanticen la existencia de las libertades y los derechos. También para que ofrezcan un entorno económico atractivo para la inversión y que permita generar empleo, riqueza y distribuirla”, remarcó.
“Todo eso exige que las instituciones políticas, que son las garantes de los procesos electorales, funcionen, funcionen bien, no se cuestionen, se acepten los resultados, y así contribuir a la estabilidad de la región y del mundo“, agregó. Estas declaraciones se dan en el marco de la segunda vuelta de las elecciones generales brasileñas disputadas por Lula Da Silva y el actual presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro. El mandatario brasileño cuestionó varias veces el sistema electoral y el rol del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Sin que nadie le pregunte, Borrell aclaró que este acercamiento con América Latina no tiene nada que ver con las difíciles circunstancias que está pasando Europa actualmente. “No quiero que nadie piense que este reencuentro es la consecuencia mecánica de las dificultades por las que atravesamos. Hace tiempo que se viene incubando el sentimiento de que América Latina y el Caribe no están lo suficientemente altos en la agenda política”, explicó. La última Celac-UE tuvo lugar en Bruselas, Bélgica, hace ocho años.
El acuerdo que todavía no es
En cuanto al avance del acuerdo del Mercosur con la UE, Cafiero y Borrell admitieron que el 2023 es un año decisivo. El próximo semestre, Argentina presidirá el Mercosur mientras que España lo hará el segundo semestre en la UE. Luego de dos décadas de negociaciones, en 2019 la UE y el Mercosur alcanzaron un acuerdo político general para sellar un pacto de libre comercio, dejando pendiente la resolución de algunos aspectos técnicos.
Sin embargo, esa discusión se complicó por la aparición del Pacto Verde Europeo que propone el camino de Europa hacia una transición ecológica con el objetivo de alcanzar en 2050 la neutralidad climática. Este acuerdo puso trabas especialmente con Brasil, respecto a sus cuestionables políticas medioambientales que ponen en peligro, por ejemplo, la selva amazónica.
Borrell señaló que hay que repensar el acuerdo político de 2019 para concretarlo y sostuvo que, primero se deben superar obstáculos. Además, insistió que este pacto sería beneficioso para ambas partes. “Pero no va a ser para mañana. De entrada, los europeos tenemos que concretar cuáles son nuestras demandas de protección ambiental”, advirtió.
Sancionan, pero no tanto
El Alto Representante admitió que tuvieron y sigue habiendo discrepancias entre los países, especialmente con Nicaragua, Venezuela y Cuba. “Cincuenta y cuatro países no pueden estar de acuerdo en todo. Pero precisamente por eso es necesario vernos más, discutir más y cooperar más en pos de los objetivos comunes”, señaló. Los objetivos que remarcó Borrell fueron contribuir a la paz del mundo, construir democracias estables, ir por un progreso económico compartido y sostenible y el respeto de los derechos humanos.
Por otro lado, remarcó que, si bien Europa ha sancionado a determinados países, siempre lo hizo sobre los representantes y no con sanciones que afecten al pueblo. “Hay sanciones que, si afectan a los ciudadanos como, por ejemplo, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba” explicó. “Todos los años en las Naciones Unidas y la Unión Europea votan resoluciones en las que se pide el fin del bloqueo”, recordó.